Aniversari de "Gos del desert"

El lunes fue el cumple de nuestro profesor de informática: George, Jorge, Cuñi o Perro del desierto. Nosotras, que siempre estamos dándole la tabarra, contándole nuestras cosas, pidiéndole bocadillo, preguntándole cosas de su familia y autoinvitándonos a comer y a la piscina de su futura casa, nos olvidamos por completo de felicitarlo en su 26 cumpleaños.

No fue hasta el miércoles cuando nos enteramos de nuestra gran "laguna", y nosotras, que no podíamos dejar las cosas así, decidimos darle una sorpresa.

Ayer por la tarde fuimos al horno y elegimos una buenísima tarta de trufa y nata con una capa de chocolate por encima, os la podéis imaginar (mmm...). Después nos dirigimos a por la tarjeta de felicitación, no podía faltar, por supuesto. Nos decidimos por una en la que el protagonista era un perro, la tarjeta perfecta: un perro para otro perro.

Hoy finalmente ha llegado el día de la sorpresa. Cuando ha sonado el timbre hemos tenido que esperar unos minutos más en clase de historia, después hemos bajado al baño con la mala suerte de quedarnos encerradas. Cuando hemos conseguido salir nos hemos dirigido a la cafetería a por la tarta con la mala suerte de que Jorge andaba buscándonos (tiene facultades de perro sabueso), y, como no, nos ha visto. Nosotras nerviosas, eufóricas o emocionadas, no lo sé, hemos intentado darle el esquinazo. Lo de "escapar" ha sido imposible, él estaba en todas partes. Con este sentimiento de "en busca y captura" hemos optado por la opción más fácil: correr. En el primer piso nos hemos escondido entre dos puertas para poner las velitas y encenderlas, todo un caos: una mujer diciéndonos que saliéramos de ahí, Supersórnica ofreciéndole tarta, el seis al revés, yo con un arma de fuego en la mano... Cuando ya estábamos preparadas hemos ido al aula de informática, ahí estaba el profe (esta vez con cara de Pit Bull) dispuesto a ponernos un parte por rehuirle y jugar con él al escondite. Su expresión ha cambiado al ver la tarta y al escuchar nuestro desafinado a la par que corto "Cumpleaños feliz...", ya tenía cara de George.

Ha soplado sus velas, esperamos que haya pedido un deseo, ha abierto la tarjeta (y aunque no lo haya dicho le ha encantado...) y ha hecho los honores de cortar la tarta. De la clase de al lado ha venido una profesora encantadora que se ha unido a la fiesta. Sorpresas, fotos, tarta y risas. Un día para recordar. Y que cumplas muchos más...