Venga, a pastar
Hacía mucho que no pasaba por aquí. Esta mañana me he acordado de cuando creamos este blog en la clase de informática y me ha entrado el gusanillo. Ni siquiera me acordaba del nombre de usuario y la contraseña, pero bueno, probando, probando, y haciendo memoria, he conseguido acordarme.
Pues nada, aquí tenemos a este hombre que parece estar fuera de lugar. Así es como te sientes, más o menos, los primeros días de universidad. Estás acostumbrado al instituto, que te lo dan todo masticadito y cuando llegas a la facultad te encuentras con que tienes que rumiar tú solito: que si tienes que hacer la matrícula, que si tienes que organizarte las asignaturas y, ojo, que no te coincidan las clases, que si tienes una bibliografía con más de cien títulos por cada asignatura. Y ahí estás tú, en cueros, en medio del prado con personas que ya han aprendido a rumiar.
Pero, nada: es cuestión de unas semanas. Es entonces cuando empiezas a darte cuenta de que la enorme bibliografía es por el profesor, que es un presuntuoso, y quiere hacer alarde de su sabiduría; que no hace falta que te compres libros porque solo con los apuntes te verás desbordado a la hora de ponerte a estudiar. Que no pasa nada si faltas a clase porque te pasarán los apuntes, eso sí, no hay que abusar: los compañeros se mueven más por el trueque que por la generosidad. Con esto quiero decir que no seas caradura y que tomes buenos apuntes en alguna asignatura, así siempre habrá alguien que te los pida por lo que ya tendrás excusa para pedir.
En clase encontrarás gente estupenda con la que entablarás divertidas y pintorescas relaciones que los jueves por la noche ayudarán a afianzar.
También puede que, estando en clase, te llegue un tufillo a pedantería. Eso es porque siempre habrá alguien que tenga algo que decir, aunque sea una obviedad. Quien hace eso se arriesga a ser la comidilla y la diana de críticas los primeros meses, así que no lo hagas.
Luego están las risas que se escuchan en respuesta a las palabras del profesor, no es que sean comentarios jocosos, es que hay mucho friki. Pero, oye, todos somos frikis en cierto modo.
1 Comentarios:
Ya veo que al final te has acordado de la contraseña.
Te podrás quejar de lo bien que vives en la Universidad: que si "no pasa nada si faltas a clase", las "relaciones los jueves por la noche" (a ver lo que haces esos jueves, que se lo diré a T.).
Y no te metas con los frikis, que llevarse el ordenador para tomar apuntes en clase no sé yo que nombre aplicarle...
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