Un año más...

Hoy es tu cumple, dieciocho, no está nada mal. Ya sé que a ti no te gustan los cumpleaños o, al menos, no tanto como a mi.
Pero aunque lo niegues hoy te sientes diferente, claro, es tu cumple! Y... aunque te hagas el desinteresado... esperas ansioso tu regalo.

¿Qué será...?

El peso de la conciencia...

-Hombre cuánto tiempo...

-Sí, la verdad es que ya hacía bastante.

-Ahora estoy bastante ocupada.

-No tranquila, yo me quedo aquí sin hacer ruido.

-Verás es que... tu presencia me incomoda.

-No te preocupes. Yo me siento aquí a un ladito.

-¿Cuánto tiempo piensas quedarte?

-El que haga falta, yo no tengo prisa. Sólo quiero acompañarte.

-¿No podrías hacer una excepción por esta vez?

-No lo creo, es más, pasaremos una buena temporada juntas...

En algún lugar de Colombia...

Quizá esté soñando que sale del colegio y su madre la espera. Mamá la coge de la mano y van a casa. En la cocina encuentra una buena merienda: galletas, bollos, zumo... Después de merendar corre a su habitación a jugar. Alguien acaba de entrar por la puerta, es papá. Qué besos más fuertes da, y menudos abrazos. Sigue jugando con su más preciado tesoro: una simple casita de muñecas que le regalaron para su cumpleaños. Ya es la hora de cenar, mamá y papá la esperan en la mesa. Qué divertido escuchar el día de papá y mamá, y qué agradable que ellos escuchen el suyo. Después de recoger la mesa llega el momento de ver la tele, los tres juntos sentados en el sofá. Se puede respirar el cariño. Ya es tarde, hora de ir a la cama. Mamá la arropa. ¿Qué cuento toca esta noche? El de los animales que tanto le gusta. Qué dulce la voz de mamá. Sus ojos se cierran poco a poco, mamá sigue con el cuento hasta que está completamente dormida, le da un beso de buenas noches y sale la habitación. La puerta queda entreabierta, puede que necesite algo a media noche...

La guerrilla ha llegado. ¿Qué es lo que se oye? No es nada, sólo disparan como cada día. Todo el sueño cae a pedazos: ni papá, ni mamá, tampoco hay colegio, no tiene casa, ni juguetes y hoy no comerá. Cómo duele esa realidad, ella preferiría seguir soñando, no le gusta abrir los ojos.

Nuestra realidad es bien distinta, ¿qué pasaría si nosotros cerrásemos los ojos y viéramos la suya? Que nos moriríamos de ganas de despertar...

Una talla menos

Ha empezado el bombardeo publicitario de cremas anticelutíticas, reafirmantes y reductoras. De píldoras que ayudan a eliminar grasas y de cápsulas que "dejan tu vientre plano". Las revistas ya nos cuentan sus trucos para reducir muslos y nos ofrecen las "dietas relámpago". Todos estos productos van dirigidos a nosotras, las mujeres. Estamos en la recta final, comienza la cuenta atrás: suben las temperaturas. Llegan los agobios por esos quilos de más ganados durante el invierno y una duda casi existencial se instala en nuestras cabezas: ¿me cabrá el bikini del año pasado?

La novedad de este año son unos parches saciantes de Comodynes Cosmetics, la última "brillante" idea de Laboratorios Dermofarm-Barcelona. Este producto es unisex, el sexo masculino entra en el juego. Estupendo. La publicidad de los parches es muy llamativa y lo más preocupante es que está dirigida a los jóvenes. Un milagro al alcance de todos: pon un papelito en tu lengua y listo.

Todos conocemos las enfermedades basadas en transtornos alimentarios como la anorexia y la bulimia. Se trata de enfermedades que están a la orden del día, éstas afectan a muchos jóvenes que se encuentran incómodos con su cuerpo, icómodos porque no cumplen con unos cánones de belleza establecidos por una sociedad basada en la imagen y el consumo.

Qué triste que las grandes compañías dirijan sus productos a jóvenes vulnerables aún sabiendo que se trata de publicidad engañosa, qué triste que se beneficien a costa de quiénes están dispuestos a todo por conseguir ese "cuerpo perfecto".

Y más triste es aún que sigamos comprando todas esas cremas, pastillas y revistas: ¿por qué no? A lo mejor funciona...

Solamente tres días

El año pasado en clase de filosofía el profesor nos planteó algo: ¿qué haríamos si sólo nos quedasen tres días de vida?

Las manos se levantaron en seguida: alguien dijo que se casaría y se quedaría embarazada, otros que se darían la mayor fiesta de su vida, alguien comentó que pasaría los tres días con su novio, otro que no dormiría ningún día y, como no, tampoco faltaron comentarios como: "me pasaría los tres días follando". Respuestas de lo más variadas. Yo, sin embargo, contesté que seguiría con mi vida normal: ¿por qué haría en tres días lo que no he hecho en toda mi vida?

Ahora lo pienso de nuevo y sigo convencida de que seguiría con mi vida durante esos tres últimos días. Mi vida me gusta, ¿por qué cambiarla en el último momento?. Y seguramente el tercer día me dormiría pensando "mañana despertaré", igual que cada noche.

¿Y tú? ¿Qué harías?

Miss España

Cada domingo por la noche enciendo la televisión para ver una de las pocas series españolas que valen la pena: 7 vidas. El pasado domingo esperaba encontrar a Sole (Amparo Baró) dando una de sus típicas collejas o al Frutero (Santi Rodríguez) tomando una cerveza en el "Casi Ké No", mi sorpresa fue encontrar a 52 chicas desfilando en bikini. Telecinco retransmitía el concurso de Miss España.

Las misses salían una tras otra, no encontré diferencia alguna entre ellas: la misma sonrisa, el mismo contoneo de caderas y forma de caminar, el mismo movimiento de brazos. No sólo eso, también compartían el mismo sueño: conseguir la corona de Miss España 2006. Muñecas de un mismo fabricante.

Me parece insultante que las mujeres se presten a concursos tan sexistas como ese y que se expongan a ser criticadas por numerosos programas de televisión por no "ser guapa". Un ejemplo de esto es el programa "Aquí hay tomate" que nombró su Miss Fea particular. Felicidades.